El INBAL podría estrenar este año el arca monumental de acervos que alojará parte del patrimonio artístico y cultural clave de México
Al inicio de 2023, las autoridades culturales, con apoyo de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, han destinado cerca de 481.1 millones de pesos para integrar la Bodega Nacional de Arte, como parte del Proyecto Chapultepec.
Dicho espacio, que está en proceso de edificación en el predio de la exFábrica de Cartuchos, recibirá parte del acervo de los 18 museos de la red del INBAL, aunque también contará con espacios para resguardar colecciones privadas que permitan generar recursos propios.
Será un espacio separado de las bodegas del INBAL, pensando en la sostenibilidad del proyecto, para ofrecer este servicio a instituciones públicas que no sean de la Secretaría de Cultura federal, así como a otras privadas y a coleccionistas particulares.
Esto permitirá que dichos espacios sean rentados, bajo la idea de prever la sostenibilidad (de la Bodega)”, detalla a Excélsior Mariana Munguía Matute, coordinadora nacional de Artes Visuales.
La necesidad de este proyecto –realizado por el Taller Mauricio Rocha en la cuarta sección de Chapultepec– no es algo reciente, afirma la funcionaria, considerando las más de 70 mil obras que integran el acervo de la Red de Museos del INBAL.
Evidentemente, hay recintos que ya están saturados y eso imposibilita aplicar una política de colecciones que permita incrementos (nuevas adquisiciones) más pensados”.
Así que el objetivo de este nuevo espacio, que podría estar listo en este año, ampliará las posibilidades de resguardo, de conservación de obra y la restauración de acervos, dado que el Cencropam se unirá a la Bodega Nacional de Arte.
Pretendemos eficientar los procesos, tener una planeación más puntual y una mejora en la atención de los acervos, ahorrando el traslado de obra de un museo al Cencropam para su atención”, asegura Munguía.
Por otro lado, comenta, también se pensó en que una parte de esta bodega sea visitable por el público en general.
Por ello se ha considerado una biblioteca y mediateca especializadas en artes, una cafetería, oferta de talleres de artes y oficios, a cargo de SGEIA, una galería para proyectos expositivos y un auditorio.
Será un espacio con ciertos servicios, aunque el acceso a las bodegas tendrá mucha seguridad”, advierte.
En dicha galería, señala Munguía, se realizarán exhibiciones y se atenderá a investigadores que realicen solicitudes para visitar y analizar obra, o a partir de convenios con universidades y centros internacionales.
Entonces, la Bodega no sólo será un espacio de preservación del patrimonio, sino que también la gente podrá ver lo que se está preservando”, destaca.
¿Cómo se distribuirá el interior de la Bodega? “El complejo tendrá un núcleo que centralizará el movimiento por donde entrará y saldrá la obra, y se tienen planteados cuatro o cinco edificios de diferentes dimensiones.
Así que tendremos un lugar para atender obra de caballete, uno más para obra de gran formato, donde tendremos los murales móviles y esculturas de grandes dimensiones.
Estos espacios no necesitan de tanta especificidad y control, pero habrá otros destinados a obra en papel, que es de las más delicadas, otra área para fotografía, una más para estampa y grabados, otra de acuarelas y otro espacio para el arte textil, aunque obviamente las bodegas no tendrán doble piso, apunta.
También considerarán una bodega con cajas para embalar y transportar obra.
A veces, el público no es conscientes de lo que implica embalar una obra cuando viaja, con cajas especializadas de madera y forros especiales que se fumigan para tener un control en su viaje”.
¿Qué uso se le dará al actual edificio de Cencropam del Centro Histórico? “Es algo que no puedo responder ahora, pero lo tendríamos que ver con su titular”.
Por último, detalla que, de 18 museos del INBAL, algunos no enviarán obra a la Bodega.
Por ejemplo, el Museo de Ciudad Juárez, que no tiene acervo; y el IAGO se quedará con su conjunto de obra en Oaxaca, aunque no quedarán excluidos.
El caso del Museo Nacional de San Carlos, debido a su vocación y a que su colección no tiene demasiados incrementos, “tiene un espacio suficiente en el museo, así que necesitará llevar nada allá”; y el ExTeresa Arte Actual ya cuenta con un espacio para resguardar su archivo y performances.
Sin embargo, en el caso del Museo Mural Diego Rivera se podrían resguardar los bocetos de Pablo O’Higgins, y el Laboratorio Arte Alameda (LAA) llevaría la instalación de Tania Candiani.
APUNTALAN TRASLADO DE OBRA ARTÍSTICA
Aún no está definido el programa de traslado de obra, dice Mariana Munguía, pero los cinco recintos que iniciarán este trabajo serán: el Museo Nacional de Arte (Munal), el Museo de Arte Moderno (MAM), el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG), el Museo Tamayo y el Museo Nacional de la Estampa (Munae).
También estamos considerando el acervo del Centro de la Imagen (de la SC) y la colección de La Esmeralda –con gobelinos y bocetos de gran formato producidos en el Taller Nacional de Tapiz, de artistas como Francisco Moreno Capdevila, Felipe Ehrenberg, Arnold Belkin, Rodolfo Nieto y Carlos Mérida–, y en el caso del Tamayo se considerarán instalaciones y piezas de gran formato”.