El núcleo de la Tierra, una esfera caliente del tamaño de Plutón, parece que se está deteniendo. Ha dejado de girar recientemente y ahora puede estar invirtiendo el sentido de su rotación, de acuerdo con estudio científico, realizado en la Universidad de Pekín, que investigó los confines más profundos del planeta con ondas sísmicas de terremotos y fue publicado en Nature Geoscience.
Los resultados sugieren que el centro de la Tierra se detiene e invierte la dirección en un lapso de entre 60 y 70 años; un gran paso para poder resolver misterios sobre el clima y los fenómenos geológicos, que afectan la vida en la Tierra.
Aunque se reconoce que el mecanismo exacto de rotación del núcleo, libre de movimiento, porque flota en el líquido externo, sigue siendo difícil de descifrar, el investigador del Instituto de Geofísica y ex director del Servicio Sismológico Nacional, Carlos Valdés González, señaló que se trata del más grande paso científico para conocer cómo se comporta el interior de la Tierra
En entrevista para la Primera Emisión de Imagen Radio 90.5, el investigador de Geofísica de la UNAM señaló que a la fecha, de lo 6 mil 370 kilómetros del radio del centro de la Tierra, el ser humano sólo ha logrado perforar apenas 12 kilómetros.
Es nada lo que conocemos de manera directa y todo se infiere a través del procesamiento de señales sísmicas”.
El núcleo de nuestro planeta “tiene un núcleo externo, líquido, y núcleo interno, una esfera de mil 200 kms, conformada principalmente de fierro, que al moverse, genera un campo magnético, y la Tierra actúa como un dinamo.
Este campo magnético permite que podamos soportar la radiación solar que proviene desde nuestra estrella cercana, el Sol.
Si no tuviéramos ese escudo, literalmente estaríamos siendo cocinados por la gran radiación solar que hay. Nos protege y este es uno de los elementos que se ha manejado que podría cambiar”.
Pero el descubrimiento a cargo de científicos chinos en la Universidad de Pekín confirma que esa rotación del núcleo se ha detenido un poco.
No se ha parado, simplemente empieza a moverse de una manera más lenta con respecto al resto del planeta”.
Aunque, aclaró Valdés González que no es que se esté dando un cambio en la rotación, que incidiría en un cambio en la elevación de las mareas, aunque mínimo.
Lo que sí se tiene en el estudio chino, es “evidencia de una variación en la velocidad del proceso de rotación”, y ésta variación podría afectar la velocidad del tiempo, y con ello, la duración del día, “aunque es mínimo”.
Sí afecta, pero es una variación muy pequeña. Es una milésima de segundo”, y si se tuviera un retraso de una milésima de segundo por día, tendrían que pasar más de tres años, para que se hubiera atrasado el día un segundo, por lo que no tiene implicaciones directas sobre la población.
Aclaró que sí el núcleo no se ha detenido todavía, mucho menos ha cambiado de sentido. Se trataría, remarcó, “de un efecto de percepción, como cuando vamos en un coche, y junto a nosotros circula a la misma velocidad. Si se detiene, y nosotros voleamos, da la impresión que empieza a ir hacia atrás. Simplemente se está retrasando, pero no es que haya cambiado el giro completamente.
Un efecto de esa forma “sí tendría consecuencias muy severas, y no hay, al menos elementos claros, que eso haya pasado. Pero, lo que sí se tienen regresiones magnéticas, donde el Polo Norte, de repente ha cambiado hacia el polo sur, hace millones de años atrás.