Explora la cronología de los sistemas tormentosos registrados en la zona conurbada de Tampico de 1863 a 2017
Itzia Rangole / El Sol de Tampico
En el sur de Tamaulipas existe el rumor de que una base extraterrestre apostada en el litoral del Golfo de México impide el arribo de huracanes a la zona conurbada. Sin embargo, de 1863 a 2017, en el Puerto jaibo han “pasado” cerca de 22 huracanes, 20 tormentas tropicales y 13 depresiones tropicales. ¿Te interesa conocer la historia de estos fenómenos naturales?
El primer expediente sobre un huracán en Tampico que guarda el Registro Histórico de Huracanes (“Historical Hurricane Tracks”) data de agosto de 1878, cuando en el océano Atlántico un torbellino “sin nombre” presentaba una velocidad de viento cercana a los 126 km/h. No obstante, al tocar tierra las ráfagas disminuyeron a 55 km/h.
1933: el año en que Tampico sucumbió ante el agua
El Registro Histórico de Huracanes (“Historical Hurricane Tracks”) es una plataforma de consulta libre publicada por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas originales).
En octubre de 1892 y agosto de 1903, respectivamente, dos huracanes sin apelativo entraron en Tampico. En ambos casos la ventisca de ambos menguó considerablemente, de presentar índices de velocidad en el Atlántico de entre 157 km/h y 194 km/h, en el noreste de México la aguja marcó cerca de 65 km/h.
En 1933, se reportaron tres huracanes en la zona. El primero en junio y dos en septiembre. Siendo el último el más mortífero de todos, en su momento el “New York Times” anunció que el puerto mexicano estaba en ruinas, con los ríos Pánuco y Tamesí desbordados. Las pérdidas materiales se calcularon entre los 10 a 12 millones de la época.
De acuerdo al NOAA, cuando el sistema tormentoso “ancló” en Tampico, el 15 de septiembre de 1933, lo hizo con un vendaval de cerca de 175 km/h.
No existió otra alerta de huracán hasta agosto de 1934, después en agosto de 1936 y otra vez en agosto de 1947, pero dichos fenómenos naturales no causaron mayores daños.
Charlie e Hilda llegan a Tampico
Durante la temporada de ciclones de 1951, Charlie destacó. Cuando ingresó por el sur de Tamaulipas era categoría tres, con vientos de 185 km/h, perdiendo fuerza en San Luis Potosí.
A inicios de septiembre de 1955, sería el turno de Gladys, el cual entró por Aldama como categoría uno y viajó al sur donde se desintegró. Cuando cruzó por Tampico lo hizo acompañado por una brisa de 74 km/h.
Sin embargo, después de Gladys, México conocería la fuerza de Hilda. Después de pasar Quintana Roo y Yucatán, ingresó a Tampico en la madrugada del 19 de septiembre de 1955, como categoría tres, con ráfagas de 194 km/h. Al amanecer, esta casa editora reportó que más de diez mil personas se encontraban refugiadas en edificios públicos.
Casi un año después, en julio de 1956, con la región apenas reconstruyéndose se temía el arribo de “Anna”, quien desvió su recorrido, tocando tierra en el estado vecino de Veracruz, como categoría uno.
Los rumores de seres alienígenas a mediados de los años 60
Se cree que el mito de una base extraterrestre cuidando la zona conurbada de Tampico surgió en septiembre de 1966, cuando se temía que Inez visitará la región. Se dice que los pescadores buscaron consuelo en la virgen del Carmen (figura de la religión católica); mientras otra parte de la población, quizás al contemplar la inmensidad del cielo, comenzó a hablar de seres especiales.
El rastreo de NOAA sobre el fenómeno meteorológico apunta que Inez se formó en Sudamérica. Golpeó en el archipiélago “Guadalupe” como categoría tres y vientos de 200 km/h. Ganó fuerza hasta convertirse en categoría cinco y cruzar los límites de República Dominicana. Aunque disminuyó su poderío, cuando llegó a Haití y a Santiago de Cuba era otra vez categoría tres.
Cuando cruzó la isla de Cuba, parecía que se iba a desintegrar, pero resurgió en el Atlántico como categoría dos. En el Golfo de México se convirtió en categoría cuatro y cuando se esperaba que entrara por Tampico, cambió su derrotero varios kilómetros al norte. Al tocar tierra en Tamaulipas era categoría tres, atravesó San Luis Potosí, hasta llegar a Guanajuato.
Una situación parecida ocurrió con Beulah en septiembre de 1967, frente al litoral tamaulipeco era categoría tres, antes de desviarse al sur de Estados Unidos.
A partir de ese momento, los huracanes “evaden” al Puerto Jaibo. Tal es el caso de Fern en 1967; Cosme en 1989; Dolly en 1996; Keith en el 2000; y Katia en el 2017.
La explicación que diversos expertos aducen al hecho de que los huracanes no arriben a la zona conurbada de Tampico es que las características orográficas de la región, incluyendo el cambio de temperatura entre el agua del litoral de Tamaulipas y el resto del Atlántico, hacen poco proclive el ingreso de huracanes. No obstante, hay quienes aseguran “Son los extraterrestres, ellos los desvían”.